Chatgpt y la autoría de sus textos.

                A día de hoy todos conocemos lo que son las IAs, un término que bien es cierto que causaba pavor hasta hace bien poco, pero que se ha ganado cierto reconocimiento por parte de todos, al punto de que la mayoría de nosotros en los últimos meses hemos utilizado alguna para solicitar información o que nos brinde ayuda sobre temas específicos.

                La más conocida sin lugar a dudas es ChatGPT, la cual se lanzó por OpenAI el 30 de noviembre de 2022, de manera gratuita, y tiempo después, el 14 de marzo, presentaron GPT- 4 siendo esta de pago. Se estima que tras su lanzamiento, en torno a diciembre, chatGPT tenía más de un millón de usuarios, superando con creces el logro al mayor crecimiento de usuarios en una aplicación, el cual pertenecía a instagram.

                Podemos asegurar que chatGPT ha gustado de entre el resto de IAs debido al nivel de detalle y coherencia de sus respuestas. Sin embargo, se ha comprobado y criticado el error de estas en ciertas ocasiones, ya que esta IA, sobre todo en su versión gratuita, proporciona respuestas muchas veces erradas, o inventadas, aportándoles una coherencia que puede hacer dudar a muchos de si estas respuestas son verdaderas o no, y en muchos casos, al confiar tanto las personas en este tipo de tecnologías, tendemos a pensar que son respuestas correctas.

                Una de las funciones que más se utiliza de esta IA es la generación de textos, esto nos lleva ahora a generar un nuevo problema, el tener dudas sobre si un texto esta generado por una persona o por una IA, muchos responderán que es tan simple como buscar algún detector de chatgpt en internet y utilizarlo para comprobar esta autoría, pero tras realizar varias pruebas con zeroGPT, detector.dng.ai y otros similares nos hemos dado cuenta de que en la mayoría de casos estos tienen a preferir decir que un texto generado por IA es humano, a presentar la situación contraria.

                Una alternativa a todo esto es preguntarle directamente a chatgpt sobre si ha escrito un determinado texto, ya que, aunque en teoría esta IA no almacena sus respuestas, si que puede ser capaz de detectar estructuras sintácticas similares a las que la misma IA utiliza.

                Este criterio y método de prueba, a diferencia de los tests de aplicaciones de terceros como zeroGPT, es el mas exacto en cuanto a acertar cuando un texto ha sido escrito por chatGPT, con un 100% de aciertos, el problema entra cuando le introduces un texto generado por una persona de manera simple y chatgpt afirma que ese texto ha sido escrito por el, como pasa cuando le introduces a chatgpt la definición de la teoría de cuerdas de Wikipedia.

                Este problema es ocasionado ya que ChatGPT reconoce como suyos textos que considera “precisos y coherentes” sobre algo concreto, esto se debe a que los genera en función de los patrones y estructuras que ha aprendido a partir de todos los datos escritos que se le han ido diciendo.

                Cuando le preguntas a ChatGPT, o herramientas similares, sobre la autoría de un texto, este se basa en lo citado antes y si coincide dirá que el texto es suyo o posiblemente sea suyo, siendo que puede haber sido escrito por una persona real. Por ello, el ChatGPT no es una fuente fiable para comprobación de que un texto es suyo o no lo es.

La narrativa en torno a ChatGPT y otras IAs similares refleja una mezcla de admiración y cautela. Mientras que la capacidad de estas tecnologías para generar respuestas detalladas y coherentes ha ganado reconocimiento, la dificultad para diferenciar entre los textos creados por humanos e IA plantea preguntas significativas sobre la autenticidad y originalidad en la comunicación digital. Este panorama subraya la necesidad de enfoques más sofisticados y fiables para validar la autoría en el vasto y complejo mundo de la creación de contenido.