El robo de información confidencial es uno de los fraudes más perjudiciales en el entorno laboral actual. A medida que las empresas manejan cada vez más datos digitales, la protección de la información sensible se ha convertido en una prioridad. Sin embargo, este tipo de información es también un blanco muy codiciado por aquellos empleados o externos con malas intenciones. El robo de datos no solo afecta la seguridad de la empresa, sino que puede dañar su reputación y ocasionar pérdidas financieras graves. Cuando un empleado accede a información confidencial sin autorización y la utiliza para beneficio personal o para vendérsela a la competencia, se comete un fraude. Afortunadamente, las periciales informáticas juegan un papel esencial en la detección de este tipo de delitos.
El robo de información confidencial.
Las empresas recopilan y gestionan una gran cantidad de datos sensibles que, en manos equivocadas, pueden causar un daño irreversible. Este tipo de información incluye secretos comerciales, bases de datos de clientes, estrategias de marketing, datos financieros y más. En el entorno actual, en el que la digitalización es la norma, las barreras físicas para acceder a estos datos son casi inexistentes. Esto ha hecho que las técnicas de robo de información se adapten a nuevas formas, utilizando herramientas digitales y técnicas sofisticadas.
El robo de información se puede producir de varias maneras. En ocasiones, los empleados con acceso legítimo a los sistemas empresariales descargan datos y los venden a la competencia o los utilizan con fines personales. En otros casos, un exempleado o un hacker externo obtiene acceso a los sistemas informáticos de la empresa a través de brechas de seguridad o phishing, un tipo de engaño digital que permite obtener contraseñas y otros datos sensibles.
Los daños que puede causar el robo de información son inmensurables. No solo se pierde propiedad intelectual y datos estratégicos, sino que también puede comprometerse la confianza de los clientes y afectar las relaciones comerciales de la empresa. Sin embargo, la naturaleza digital de este crimen ofrece una ventaja, la evidencia digital. Aquí es donde las periciales informáticas se convierten en herramientas esenciales para detectar, investigar y prevenir estos fraudes.
Cómo las periciales informáticas detectan el robo de información.
Las periciales informáticas permiten identificar comportamientos irregulares dentro de los sistemas informáticos de la empresa. A través del análisis de registros digitales, los peritos pueden rastrear accesos no autorizados a bases de datos y detectar patrones sospechosos de actividad. Para ello, se realizan investigaciones detalladas que buscan rastros de acciones anómalas que no se alinean con las actividades normales de los empleados.
Uno de los primeros pasos en la detección de un robo de información es la revisión de los registros de acceso. Los sistemas informáticos suelen almacenar un historial detallado de todos los accesos a los datos, lo que incluye la hora exacta en que se accedió a la información, el nombre del usuario y la dirección IP desde la que se realizó el acceso. Los peritos informáticos revisan estos registros para identificar cualquier entrada sospechosa, como accesos fuera del horario laboral o desde ubicaciones inusuales. Este tipo de actividad puede ser un indicador de que alguien está tratando de obtener información sin autorización.
Además de los registros de acceso, los peritos también analizan los logs de actividad en las bases de datos y sistemas. Estos logs registran todas las acciones realizadas dentro de los sistemas, como la visualización, modificación o descarga de datos. Si un empleado ha accedido a información confidencial y la ha descargado o transferido fuera de la red corporativa, es probable que esta actividad quede registrada en los logs. Los peritos pueden detectar patrones inusuales, como descargas masivas de datos o transferencias de información hacia direcciones de correo electrónico externas a la empresa.
Otro método utilizado por los peritos es la inspección de dispositivos. Si se sospecha que un empleado ha robado información, se puede realizar un análisis forense de su equipo de trabajo, ya sea un ordenador, un teléfono móvil o una memoria USB. El análisis forense permite recuperar archivos eliminados, encontrar rastros de transferencias de datos o detectar la instalación de software malicioso que podría haber sido utilizado para extraer información.
Las herramientas de análisis de redes también son fundamentales. Los peritos informáticos pueden monitorear el tráfico de la red empresarial para identificar comunicaciones no autorizadas o inusuales. Si un empleado ha transferido datos a un servidor externo o ha enviado correos electrónicos con archivos adjuntos sospechosos, esta actividad será detectable mediante un análisis de red.
Casos reales de robo de información.
Existen múltiples casos en los que las periciales informáticas han jugado un papel crucial para descubrir el robo de información confidencial. Un ejemplo común es el robo de propiedad intelectual. En algunas ocasiones, empleados descontentos con su empresa descargan secretos comerciales o estrategias de productos y los venden a la competencia. Gracias al análisis de los logs de actividad y el seguimiento de transferencias de archivos, las empresas pueden identificar estos accesos irregulares y tomar las medidas adecuadas.
Otro caso frecuente es el de filtración de bases de datos de clientes. Un empleado con acceso a esta información puede intentar extraerla para venderla en el mercado negro o utilizarla para fines personales. El análisis forense permite descubrir los patrones de acceso inusuales, y con ello, identificar al responsable del robo.
Además, la suplantación de identidad a través de credenciales robadas también es un fraude común. Los peritos informáticos pueden identificar accesos no autorizados mediante la inspección de las direcciones IP y los registros de login. Esta información es vital para trazar el rastro digital del ladrón y llevarlo ante la justicia.
Prevención y protección de datos.
La prevención del robo de información confidencial debe ser una prioridad para las empresas, especialmente en un mundo cada vez más digital. Las periciales informáticas no solo ayudan a detectar el fraude, sino que también ofrecen recomendaciones sobre cómo mejorar la seguridad de los sistemas.
Uno de los primeros pasos es la protección de las contraseñas. Las empresas deben fomentar el uso de contraseñas fuertes y el uso de autenticación de dos factores para acceder a datos sensibles. Esto dificulta el acceso no autorizado a la información, incluso si un empleado intenta suplantar la identidad de otro.
El control de acceso también es fundamental. Las empresas deben asegurarse de que solo las personas autorizadas puedan acceder a información confidencial. Esto implica establecer niveles de acceso específicos según el rol de cada empleado dentro de la organización. Además, la monitorización continua de los sistemas es clave para detectar comportamientos sospechosos en tiempo real.
Los auditores de seguridad y las periciales informáticas periódicas también juegan un papel esencial en la detección temprana de fraudes. La realización de auditorías regulares ayuda a identificar posibles brechas de seguridad antes de que los ciberdelincuentes o empleados malintencionados puedan aprovecharlas.